Este tipo de seguro proporciona cobertura por un período específico, como 10, 20 o 30 años. Si el asegurado fallece durante ese tiempo, los beneficiarios reciben el monto de la póliza. Si el asegurado sobrevive al término, no se paga ningún beneficio. Es una opción más económica y es ideal para quienes buscan protección temporal.
Este seguro ofrece cobertura de por vida, siempre que se paguen las primas. Además de proporcionar un beneficio por fallecimiento, acumula un valor en efectivo que crece con el tiempo. Este valor puede ser retirado o tomado como préstamo, lo que lo convierte en una opción más flexible a largo plazo.
Similar al seguro de vida entero, pero con más flexibilidad en las primas y la cantidad de cobertura. Permite ajustar las primas y el beneficio por fallecimiento a lo largo del tiempo. También acumula un valor en efectivo, que puede crecer a tasas de interés variables.
Este tipo de seguro combina la protección de un seguro de vida con una inversión. El valor en efectivo se invierte en diferentes opciones, como acciones o bonos, lo que puede aumentar o disminuir dependiendo del rendimiento del mercado. Esto ofrece la posibilidad de un crecimiento potencial, pero también conlleva un mayor riesgo.
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